- La artritis psoriásica es una enfermedad inflamatoria crónica del sistema musculoesquelético y de la piel. Puede afectar a las articulaciones periféricas, la columna vertebral y tendones (entesitis y dactilitis), además de piel y uñas
- Se estima que entre el 1%-3% de la población tiene psoriasis y hasta el 20%-30% de estos pacientes desarrolla artritis psoriásica
- Dr. Cañete: “ El diagnóstico precoz y un tratamiento adecuado inmediato son la mejor garantía de un resultado exitoso para el control de la enfermedad”
Madrid, 03 de julio de 2017.- Con el objetivo de profundizar en el manejo práctico y las herramientas diagnósticas para mejorar la calidad de vida del paciente con artritis psoriásica, Janssen ha celebrado, en el marco del Proyecto Innovara, la ‘ II edición del curso de artritis psoriásica para residentes de Reumatología’ con la asistencia de más de 45 médicos residentes MIR de reumatología de toda España.
La artritis psoriásica es una enfermedad inflamatoria crónica del sistema musculoesquelético y de la piel. Puede afectar a las articulaciones periféricas, la columna vertebral y los tendones (entesitis y dactilitis), además de la piel y las uñas. Suele progresar hacia la destrucción articular con la consiguiente pérdida de función y calidad de vida de los pacientes. Los últimos avances en la identificación de los factores genéticos, así como etiopatógenicos de la artritis psoriásica, hacen imprescindible una mayor actualización y profundización en el manejo de las herramientas diagnósticas y en el abordaje de su tratamiento.
En palabras del doctor Juan Cañete, consultor senior de la Unidad de Artritis del servicio de Reumatología del Hospital Clínic de Barcelona y uno de los coordinadores del Comité Científico del curso , “en general la formación de los residentes es incompleta en la artritis psoriásica, ya que debido a la heterogeneidad de la enfermedad es difícil captar toda la complejidad clínica y radiológica. Por ello, la apuesta de Janssen por desarrollar esta formación es una iniciativa necesaria que les dota de los conocimientos teóricos y prácticos para diagnosticar y tratar adecuadamente las diferentes manifestaciones de la enfermedad”.
Aspectos a reforzar en la formación sobre artritis psoriásica
En opinión del coordinador del curso, es fundamental resaltar la heterogeneidad clínica de los pacientes con artritis psoriásica. “Ello nos obliga a valorar la inflamación en la piel, uñas y diferentes partes del sistema musculoesquelético (entesitis, columna, sacroiliacas, articulación y tendones). Los residentes deben conocer la fisiopatología de la artritis psoriásica y ser conscientes de su complejidad, en la medida que puede haber diferencias entre la piel, la articulación y la entesitis. Este conocimiento les ayuda a seleccionar más racionalmente las diferentes terapias de las que disponemos”, aclara el doctor, quien apunta que la incidencia de la enfermedad se mueve entre el 0,2-0,6%, basándose en la prevalencia de la psoriasis (1-3%) y considerando que alrededor del 20-30% de estos pacientes desarrolla artritis psoriásica.
“El residente tiene que ser consciente de que la artritis psoriásica es parte de la ‘enfermedad psoriásica’ en la que además de la afección cutáneo-musculoesquelética se pueden ver afectados los ojos, el intestino, así como asociarse a síndrome metabólico y aumento del riesgo cardiovascular. Conocer todo esto es importante para abordar de forma multidisciplinaria los problemas del paciente ”, remarca el experto.
Respecto a las principales dudas de los residentes, el doctor aclara que hay aspectos como la entesitis en los que no existen criterios clínicos definitivos para su diagnóstico y a veces es difícil realizar un diagnóstico de dicha entidad. “Otras dudas comunes surgen con los cambios radiológicos característicos, actualmente algunos son muy infrecuentes; los nuevos tratamientos, las comorbilidades cardiovasculares asociadas, etc.”. “ Este curso”, puntualiza, “destaca por concentrar los temas actuales de mayor relevancia en el área de la artritis psoriásica: etiopatogenia, diagnóstico, herramientas de diagnóstico, evolución de la enfermedad y tratamientos”.
Diagnóstico precoz y un tratamiento adecuado inmediato, garantía de éxito
Para tratar con éxito a un paciente con artritis psoriásica lo principal es una buena historia clínica que tenga en cuenta los antecedentes familiares de artritis psoriásica o psoriasis, dolores en columna lumbar, articulaciones y tendones, además de la exploración física centrándose en una exploración de raquis, articulaciones y tendones (incluido el de Aquiles) y buscando lesiones de psoriasis que pueden ser muy pequeñas y localizadas en zonas ocultas (cuero cabelludo, surco interglúteo, etc.). “El diagnóstico precoz y un tratamiento adecuado inmediato son la mejor garantía de un resultado exitoso para el control de la enfermedad”.
A este respecto, el propio doctor ha sido el encargado de presentar la ponencia ‘Epidemiología y etiopatogenia’ en la que ha expuesto datos sobre la incidencia y prevalencia de la enfermedad, los factores asociados con su aparición, ambientales y genéticos, así como las principales células y vías inmunoinflamatorias que se creen están implicados en sus manifestaciones acabando con un panorama de las terapias biológicas que tienen como diana el eje de citocinas IL-17/IL-23. “ Aunque se ha hecho mucho énfasis en las nuevas terapias, en este curso se discuten sus acciones, sus posibles contraindicaciones, así como las posibles diferencias entre ellas. Este conocimiento es esencial para el buen manejo de la enfermedad”.
Formación práctica complementaria a la teórica
El curso se ha estructurado como seminario presencial e intensivo de día y medio de duración, con ponencias teóricas que se intercalan con talleres prácticos. En este sentido, la posibilidad de interactuar con los profesores de primer nivel en el campo de la reumatología y, en concreto, de la artritis psoriásica, permite a todos los asistentes resolver dudas y plantear incertidumbres . “El objetivo es lograr que los residentes posean los conocimientos y habilidades necesarios para ofrecer a los pacientes la mejor atención médica posible: diagnóstico temprano, el mejor tratamiento disponible para el paciente concreto y un seguimiento adecuado para conseguir el control de la enfermedad y el mantenimiento de la calidad de vida del paciente”, explica el doctor Cañete.