¿Seguirá resurgiendo la enfermedad del Ébola?

En esta publicación, la Dra. Allitia Di Bernardo de Janssen describe el modo en que Janssen está luchando para prevenir los brotes de la enfermedad del Ébola antes de que comiencen.

Desde que asumí el rol de jefa del Área Terapéutica de Europa, Oriente Medio y Asia (EMEA) para Trastornos del Sistema Nervioso Central, Enfermedades Infecciosas y Vacunas e Hipertensión de la Arteria Pulmonar en Janssen, me sentí atrapada por la historia de la enfermedad del Ébola. Como soy relativamente nueva en el ámbito de las enfermedades infecciosas, me sorprendió la innovación urgente que se desarrolla para evitar y prevenir algunas de las infecciones del mundo más peligrosas para la vida. En lo relativo a la enfermedad del Ébola, los avances recientes me inspiraron y entusiasmaron para seguir avanzando en nuestra misión de desarrollar soluciones preventivas para aquellas personas que son más vulnerables a las enfermedades infecciosas.

Lo que se conoce hasta ahora

Con múltiples vías de transmisión, lo cual incluye a los animales, la enfermedad del Ébola es complicada para manejar y predecir. Hubo aproximadamente 30 brotes importantes desde que se descubrió en 1976, con una aceleración en las últimas dos décadas. En promedio, es casi uno al año desde el 2000.

Desde la epidemia devastadora en África Occidental de 2014-2016 hasta el segundo brote más grande en la República Democrática del Congo (RDC) de 2018-2020, los resurgimientos constantes de la enfermedad del Ébola constituyeron una llamada de atención para la industria de la salud mundial. El brote más reciente, declarado en la RDC el mes pasado, ilustra aún más la necesidad de estrategias de prevención efectivas y explica la necesidad de un enfoque ágil sobre cómo combatir estas epidemias y evitar que ocurran.

No podemos ser complacientes cuando se trata de la enfermedad del Ébola. Esta es la razón por la que muchos organismos de salud, gobiernos locales, compañías farmacéuticas, entre otros, han trabajado en conjunto durante los últimos años para acelerar la búsqueda de una solución que ayude a prevenir nuevos brotes de la enfermedad del Ébola en el futuro. Por este motivo, en 2014, en Janssen decidimos acelerar el desarrollo de nuestra vacuna contra la enfermedad del Ébola con una gran inversión en investigación. Ahora que pasamos de pruebas a aprobaciones en solo cinco años, yo, por mi parte, me siento muy orgullosa de que hayamos tomado esa decisión.

Esperamos que nuestra vacuna proporcione protección a largo plazo contra la enfermedad del Ébola y, de esa manera, ayude a prevenir futuros brotes antes de que comiencen.

Nos comprometimos a donar hasta 700 000 tratamientos para apoyar los programas de vacunación en la RDC y Ruanda y, desde julio de 2020, más de 80 000 personas recibieron al menos una dosis de la vacuna. Además de tratamientos y pruebas mejoradas, estos programas ayudaron a marcar una gran diferencia en la forma en que se controlan los brotes en estas comunidades en riesgo.

¿Qué pasará en el futuro?

Estamos decididos a continuar nuestro apoyo a las naciones en riesgo contra la epidemia de la enfermedad del Ébola nueva e incipiente. La reciente aprobación de nuestra vacuna contra la enfermedad del Ébola por parte de la Comisión Europea facilita una distribución más amplia y rápida de la vacuna en comunidades en riesgo para las personas que más la necesitan.

En Janssen tenemos un compromiso histórico de abordar las crisis de salud mundiales, el cual se basa en nuestra historia de redefinir paradigmas de tratamiento. Estamos comprometidos con introducir vacunas transformacionales para ayudar a superar el peligro de algunas de las enfermedades infecciosas del mundo más peligrosas para la vida. Nuestras tecnologías se utilizaron para desarrollar la candidata a vacuna contra el SARS-CoV-2, así como candidatas a vacunas contra el zika, VRS y VIH.

A pesar de que el camino por delante será difícil, podemos lograr un gran progreso mediante la investigación acelerada y la valiosa colaboración mundial. Estamos en el camino correcto para detener epidemias futuras. Ahora nuestro deber es continuar proporcionando las herramientas correctas para luchar contra ellas.

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