Aunque no conozcas a nadie con esquizofrenia, seguramente conozcas cuáles son los síntomas.
Las personas con esta afección pueden tener alucinaciones, delirios y paranoia, además de dificultad para concentrarse, organizar sus pensamientos y hacer las tareas básicas de la vida cotidiana.
Por varios años, los médicos tuvieron poca información acerca de la enfermedad más allá de los síntomas manifestados por los propios pacientes. Las causas de esquizofrenia y la manera en que impacta en el cerebro, eran mayormente un misterio debido a los desafíos que enfrentaban los investigadores al intentar comprender el órgano del cuerpo más complejo y menos accesible.
Sin embargo, hoy en día, con la ayuda de la nueva tecnología, ese misterio está comenzando a resolverse.
«Hemos visto avances significativos en la comprensión y el control de la esquizofrenia en los últimos años», dice Husseini Manji, director médico terapéutico global de Neurociencia en Janssen. «Es un momento muy emocionante en el campo».
El potencial para proporcionar nuevas terapias para personas afectadas por la esquizofrenia es, en parte, lo que hizo que el Dr. Manji regresara a la empresa en 2008, cuando se desempeñó como director del Programa de trastornos de ansiedad y salud mental del Instituto Nacional.
«Varias empresas farmacéuticas han intentado convencerme de que me una a ellas, pero Johnson & Johnson ya estaba comprometida con la neurociencia en un momento en que muchas de las compañías se alejaban de este campo», explica. «La ciencia de las enfermedades mentales ha madurado hasta el punto de lograr avances en los tratamientos de enfermedades, como esquizofrenia».
Para el 1 %de la población adulta de Estados Unidos que tiene esquizofrenia, es decir, cerca de 2.5 millones de personas, los avances en la comprensión y el tratamiento de una enfermedad tan complicada son muy oportunos.
Husseini Manji, director
médico terapéutico global del Departamento de Neurociencia de Janssen
La esquizofrenia es una de las enfermedades mentales más debilitantes, que, por lo general, se manifiesta en las personas al final de la adolescencia. Las consecuencias puedes ser devastadoras: Las personas con esquizofrenia tienen un alto riesgo de perder el empleo, quedar desamparados y hasta ser encarcelados. Cerca de un tercio de estas tendrá intentos de suicido y una cada 10 se quitará la vida, eventualmente.
Aunque los investigadores saben que la esquizofrenia es, en gran medida, un trastorno genético, se sabe muy poco de los fundamentos biológicos de la enfermedad. Gracias a los avances en las imágenes cerebrales, los científicos, como el Dr. Manji, están comenzando a comprender los cambios que experimenta el cerebro de una persona con esquizofrenia, que suelen aparecer antes de que emerjan los síntomas clínicos.
Estudio del cerebro de una persona con esquizofrenia
En la última década, varios estudios de imágenes cerebrales han mostrado evidencia de anormalidades estructurales en pacientes con esquizofrenia, lo que proporcionó a los investigadores algunas claves acerca de las causas biológicas fundamentales de la enfermedad y su progreso.
Un estudio de 15 años, financiado parcialmente por Janssen y publicado en American Journal of Psychiatry, reveló que los pacientes en el primer episodio de psicosis tenían menos tejido cerebral que las personas sanas. Aunque la pérdida parecía detenerse con el tiempo, las recaídas extensas de psicosis se asociaban con una reducción adicional.
«Supimos de estudios post-mortem anteriores de los cerebros de personas con esquizofrenia que tienen menos sinapsis y ramas neuronales, que permiten la comunicación entre las neuronas», explica el Dr. Scott W. Woods, profesor de Psiquiatría y director de la Clínica de investigación de pródromos psicóticos PRIME de la Universidad de Yale. «Entonces, creemos que esto es lo que genera la reducción del tejido cerebral que vemos en las exploraciones».
Aunque todos perdemos una cantidad normal de materia gris, que contiene las neuronas y las ramas cortas, durante la adolescencia, los expertos teorizan que el proceso puede volverse demasiado rápido o agresivo en algunas personas con alto riesgo de esquizofrenia, lo que desencadena la psicosis.
Los estudios de imágenes revelan una falta de materia blanca y gris en los cerebros de personas con esquizofrenia. Aunque todos perdemos una cantidad normal de materia gris, que contiene las neuronas y las ramas cortas, durante la adolescencia, los expertos teorizan que el proceso puede volverse demasiado rápido o agresivo en algunas personas con alto riesgo de esquizofrenia, lo que desencadena la psicosis.
El desarrollo anormal de la materia blanca, que contiene las fibras nerviosas recubiertas por mielina de alto rango que conectan los cuatro lóbulos del cerebro, puede ser también un punto crítico para algunas personas predispuestas a la afección. Un estudio publicado en NeuroImage: Clinical sugiere que esto puede estar asociado con los síntomas cognitivos que experimentan las personas con esquizofrenia, como la disfunción del aprendizaje y la memoria, además de apatía y falta de motivación.
Aún se desconoce la causa de estas pérdidas, pero la teoría principal apunta a la inflamación, un factor que contribuye al progreso de muchas enfermedades. Hace dos años, los investigadores británicos descubrieron un aumento de la actividad de células inmunes en los cerebros de personas con esquizofrenia y en las personas con riesgo de sufrir la enfermedad. No se sabe qué puede estimular el proceso inflamatorio, pero estudios anteriores han demostrado un vínculo entre las infecciones en la etapa temprana de la vida y la incidencia de la esquizofrenia.
«La inflamación es uno de los mecanismos que elimina las sinapsis y las ramas neuronales del cerebro; por lo tanto, si es excesiva, puede ser la causa de la pérdida», explica el Dr. Woods.
Formas avanzadas de ayudar a proteger el cerebro
Para los científicos de Janssen, estas anormalidades cerebrales destacan la importancia de tratar a las personas en la etapa más temprana de esquizofrenia e identificar nuevas maneras de minimizar el daño causado por las diversas recaídas.
Un área importante de investigación en Janssen está destinada a mejorar la adherencia al medicamento. Esto es un problema para todos los médicos que tratan afecciones crónicas, pero resulta especialmente difícil para quienes trabajan con pacientes que sufren de esquizofrenia. Solo un 50 % de los pacientes toman los medicamentos como se les indica, lo que crea un ciclo de recaídas y recuperación de síntomas que es difícil de romper, y que puede reducir la respuesta al tratamiento.
«Lamentablemente, la naturaleza de la esquizofrenia limita la percepción de las personas de su propia enfermedad», dice el Dr. Manji. «Cuando los pacientes comienzan a sentirse mejor, interrumpen la toma de medicamentos». A diferencia de las personas que tienen diabetes, por ejemplo, que sentirán las consecuencias de omitir una dosis de insulina pocas horas después, los pacientes con esquizofrenia que dejan de tomar los medicamentos antipsicóticos no notarán señales de recaída por semanas».
Por este motivo, los científicos en Janssen se han enfocado en ayudar a abordar este ciclo problemático de recaídas mediante el desarrollo de medicamentos antipsicóticos inyectables de acción prolongada que los pacientes toman con menos frecuencia que con otros tratamientos.
Para ayudar a proteger aún más a los pacientes de los efectos dañinos de varias recidivas, los científicos de Janssen también están investigando maneras de identificar a las personas con alto riesgo de recaída usando los datos recopilados mediante teléfonos inteligentes, rastreadores de salud y sensores corporales.
Los medicamentos inyectables de acción prolongada son administrados por los profesionales médicos; por lo tanto, si un paciente omite una dosis, el equipo de tratamiento estará al tanto y podrá intervenir.
Para ayudar a proteger aún más a los pacientes de los efectos dañinos de varias recidivas, los científicos de Janssen también están investigando maneras de identificar a las personas con alto riesgo de recaída usando los datos recopilados mediante teléfonos inteligentes, rastreadores de salud y sensores corporales.
«Queremos saber cuándo los factores de seguimiento, como el sueño, el nivel de actividad, la interacción con otras personas y otros biomarcadores podrían brindarles a los médicos señales de advertencia tempranas de que un paciente tendrá una recaída», explica el Dr. Manji. «Esta información podría permitirles a los médicos identificar a aquellos pacientes que comienzan a empeorar y contactarse con ellos, en vez de esperar a que ellos asistan a sus citas programadas».
Incluir la tecnología en el plan de tratamiento del paciente también podría ofrecerles a los médicos información más objetiva acerca de cómo se encuentra la persona. Los datos demuestran que, cuando se les pregunta a los pacientes cómo se sintieron la última semana, su memoria se enfoca principalmente en el día o los dos días anteriores. No obstante, con datos mensurables a más largo plazo disponible, los médicos no solo pueden tener una mejor idea acerca de cómo está el paciente, sino que además pueden usar su tiempo con la persona de una manera más constructiva.
«Si los pacientes están estables y no es necesario dedicar mucho tiempo solo a abordar los síntomas psicóticos, usted puede enfocarse en formas constructivas de ayudarlos a recuperar sus vidas», dice el Dr. Manji.
Tratamiento de todo el paciente, no solo de los síntomas
Para realmente mejorar las vidas de las personas con esquizofrenia, los investigadores se comprometen no solo a desarrollar medicamentos de vanguardia, sino también ofrece una atención integral. El Dr. Manji explica que trabajar en Johnson & Johnson le resultó atractivo ya que la empresa compartía su creencia de que la medicina debía ir un paso más allá de los comprimidos para que los pacientes con esquizofrenia pudieran lograr los mejores resultados posibles.
«Queremos que las personas comprendan que abordar la esquizofrenia desde un modelo de atención más global e integrador es, sin dudas, la mejor manera de hacerlo», dice. «La enfermedad mental tiene un gran impacto en todos los aspectos de la vida de una persona: su salud física, conducta y relaciones. Los pacientes requerirán varios tipos de intervenciones, no solo medicación».
En Janssen, un área de investigación es el rol vital que juegan los cuidadores, y los desafíos que enfrentan, en el tratamiento y el control de las personas con esquizofrenia. Actualmente, se están captando pacientes para el ensayo clínico acerca de la Intervención familiar en el tratamiento de la esquizofrenia de aparición reciente. Los investigadores planean evaluar el efecto general que los cuidadores pueden tener en pacientes a su cargo cuando participan en un programa de capacitación y psicoeducación de cuidadores proporcionado por un estudio. Se espera que este tipo de programa pueda reducir el número de fallas de tratamiento, como la hospitalización psiquiátrica y el suicidio, o los intentos de suicidio.
El compromiso profundo de la empresa por mejorar las vidas de los pacientes también se refleja en sus iniciativas de colaboración con la academia, el gobierno y la industria biotecnológica. «Esta enfermedad es tan compleja que debemos trabajar conjuntamente para avanzar en la investigación», dice el Dr. Manji.
En 2015, el Departamento de Investigación y Desarrollo de Janssen lanzó el proyecto Open Translational Science in Schizophrenia (OPTICS), un foro para el análisis colaborativo de datos de ensayos clínicos de Janssen y datos acerca de la esquizofrenia disponibles públicamente de National Institutes of Health.
Esta empresa también está asociada con un consorcio creado recientemente dirigido por Johns Hopkins School of Medicine y Salk Institute for Biological Studies, diseñado para mejorar la calidad de la tecnología de células madre pluripotentes inducidas, una herramienta que les permite a los científicos recolectar células de la piel de pacientes con trastornos mentales y convertirlas en neuronas. Al crear un modelo neuronal de la esquizofrenia usando células derivadas de pacientes, los investigadores esperan obtener nuevos conocimientos acerca de los mecanismos subyacentes del trastorno para poder desarrollar tratamientos más enfocados.
Dr. Manji cree que este tipo de trabajo innovador no solo conducirá a nuevos tratamientos para la esquizofrenia, sino también a métodos para retrasarla y potencialmente prevenirla.
«Ahora sabemos que la esquizofrenia, como muchas otras enfermedades, no aparece de la noche a la mañana», explica. «La enfermedad se incuba antes de que se manifieste la psicosis por completo, y cuanto antes se inicia el tratamiento, mejor será el diagnóstico a largo plazo de la persona.
Si pudiéramos identificar a las personas que tienen alto riesgo de desarrollar esquizofrenia y conocer lo que les pasa en las etapas tempranas, podríamos cambiar potencialmente todo el trayecto de la enfermedad».
Este artículo, escrito por Jessica Brown, apareció por primera vez en www.jnj.com en mayo de 2017