Cinco aspectos que hay que conocer sobre la evaluación de detección de la diabetes tipo 1
La frecuencia y la prevalencia de la diabetes tipo 1 (T1D, por sus siglas en inglés) están aumentando en todo el mundo.i A nivel mundial, más de un millón de niños menores de 20 años padecen T1D y se realizan más de 130 000 diagnósticos nuevos todos los años.ii La cetoacidosis diabética (DKA, por sus siglas en inglés), distintiva de la T1D, es la responsable del 14 por ciento de las hospitalizaciones de pacientes diabéticos y del 16 por ciento de todos los fallecimientos relacionados con la diabetes. Entre los pacientes con T1D, la DKA es mucho más común en niños pequeños y adolescentes que en adultos. Existen un tiempo, un ámbito y una oportunidad potenciales para intervenir entre la aparición de síntomas y el desarrollo de la DKA a través de la evaluación.iii
En conmemoración del Día Mundial de la Diabetes el 14 de noviembre, la Dra. Jessica Dunne, directora de Evaluaciones de la T1D Venture, del Acelerador del Mundo sin Enfermedades (WWDA, por sus siglas en inglés), comparte cinco aspectos que hay que conocer sobre la evaluación de detección de la T1D y sobre las ideas erróneas en torno a este tema.
1. La T1D puede afectar a cualquier persona, independientemente de su edad.
Existe la idea errónea dentro del ámbito de la atención de salud respecto de quiénes pueden contraer diabetes y cuándo. Cualquier persona puede tener T1D; a partir de los grupos etarios, se determinan los distintos obstáculos del diagnóstico. Al igual que con otras enfermedades, los niños pequeños, que aún no hablan, pueden tener dificultades para verbalizar los síntomas de la T1D que experimentan, como el aumento de la sed, la micción frecuente y la pérdida de peso no intencional. Se pueden presentar problemas de comunicación similares en la adolescencia, ya que los adolescentes pueden ser reacios a compartir sus cambios corporales y síntomas con sus padres. Asimismo, entre algunos proveedores de atención de salud, existe la idea errónea de que los adultos no contraen T1D, lo que puede dar lugar a posibles diagnósticos equivocados y demoras en los tratamientos.
Los niños y los adultos que no fueron diagnosticados de T1D pueden advertir la enfermedad cuando padecen complicaciones de la DKA, las cuales pueden ser potencialmente mortales. El exceso de cetonas es un síntoma de DKA, y esta es una emergencia médica que debe ser tratada inmediatamente. La realización de evaluaciones generales después del nacimiento podría atenuar estos obstáculos de diagnóstico y atención, ya que permite el conocimiento temprano y, a cambio, la posibilidad de intervenir con mayor anticipación; así, se puede prevenir la posibilidad de complicaciones de DKA potencialmente mortales.
2. Deben ponerse a disposición los materiales estandarizados de formación para la evaluación.
Los proveedores de atención de salud necesitan una formación más estandarizada sobre los signos y los síntomas de la T1D y lo que significaría implementar un programa de evaluación. El primer contacto sería con los pediatras, a los fines de intentar que implementen esta evaluación a su ya ajetreado esquema de atención médica de rutina para sus pacientes. Para que los programas de evaluación sean exitosos, debemos remarcar el valor de la evaluación y su significado para la población de pacientes.
Asimismo, se debe destacar que la T1D no es solo una enfermedad que afecta la niñez. En las evaluaciones físicas anuales, a los adultos se les analiza la glucosa anual. Si los resultados demuestran que están disglucémicos (el azúcar está muy alto o muy bajo), los pacientes se denominan “prediabéticos”, lo cual es un signo de T1D o de diabetes tipo 2 (T2D), aunque en general se asume que es la segunda. Es importante que los proveedores de atención de salud sepan cómo distinguir un paciente adulto con T1D de uno con T2D, dos enfermedades muy diferentes que tienen una atención y necesidades de tratamiento también diferentes.
Además de los proveedores de atención de salud, hay otros interesados, como los responsables de realizar pagos, de tomar decisiones y quienes elaboran lineamientos, que necesitan comprender la importancia de la evaluación. Asimismo, el ecosistema de atención de salud en general tiene mucho trabajo por hacer respecto de este tema.
3. El riesgo genético de contraer T1D se puede conocer en el nacimiento.
El equipo de T1D de Venture del WWDA ha apoyado varios estudios de evaluación de manera directa e indirecta; estos incluyen el trabajo con un grupo de investigadores de Washington en el estudio CASCADE (detección combinada de anticuerpos para la evaluación de la diabetes y la celiaquía) y la evaluación de manchas de sangre preexistentes y de nacimientos nuevos dentro de Seattle para que los indicadores genéticos identifiquen, con anticipación, qué niños podrían tener un riesgo mayor de desarrollar T1D o celiaquía. El objetivo es realizar una prueba de seguimiento que otorgue un panorama más claro sobre lo que le sucede al organismo de un niño, al analizar los autoanticuerpos que suelen desarrollarse en las etapas tempranas de la T1D o celiaquía. Al mismo tiempo, estamos probando un programa en dos escuelas públicas de Seattle para divulgar información sobre la evaluación de detección de la T1D a niños y sus familias.
Hemos trabajado, también, junto con JDRF, con el programa Autoimmunity Screening for Kids (ASK) y con Centro de Diabetes Barbara Davis de la Facultad de Medicina de la Universidad de Colorado, para centrarnos en la identificación de los niños que tienen mayor posibilidad de desarrollar T1D meses o años antes de que comiencen a padecer síntomas, a supervisarles y a educar a los integrantes de sus familias acerca de cómo prevenir complicaciones potencialmente graves. También hemos trabajado con Centro Médico Rabin de Israel en el estudio titulado “Screening for Islet Autoantibodies in the Israeli Pediatric General Population for Detection of Pre-symptomatic Type-1 Diabetes Mellitus (ADIR)” (evaluación de autoanticuerpos de células de los islotes en la población pediátrica general de Israel para la detección de diabetes mellitus tipo 1 presintomática), el cual se centra en la evaluación de la presencia de autoanticuerpos de células de los islotes y en la implementación de la evaluación de la T1D a la atención estándar de niños pequeños.
4. Podemos trazar un camino para que la evaluación se incluya en la atención médica estándar.
Nuestra expectativa es que la evaluación de la T1D pueda convertirse en un estándar de la atención médica, lo que consideramos que puede ser posible a través de ensayos y diagnósticos específicos, del aumento de la comprensión dentro del ámbito, junto con los requisitos probatorios que sean necesarios para cumplir los estándares de quienes elaboran los lineamientos.
A través del trabajo con un economista de la salud, obtuvimos una mayor claridad respecto del recorrido del paciente con T1D, que incluye a los responsables de realizar pagos y a los proveedores, para demostrar el impacto de la evaluación desde el punto de vista del costo. Se necesitan cambios en la formación y en el comportamiento de los proveedores de atención de salud, los pacientes y los padres para cambiar la actual perspectiva colectiva de un modelo enfocado en el tratamiento a uno de evaluación e interceptación.
5. La igualdad en salud es la clave.
Un enfoque central debe ser la igualdad en salud. Si bien la investigación de la T1D se ha centrado históricamente en pacientes de ascendencia procedente del norte de Europa debido a la necesidad de información de antecedentes genéticos, los datos recientes del estudio BÚSQUEDA de la diabetes en la juventud determinaron que la prevalencia de la T1D está en aumento en las comunidades afroamericanas e hispánicas.iv A partir de las evaluaciones genéticas, es importante que los programas no introduzcan desigualdades adicionales en materia de salud a un sistema ya desigual y que redefinan cuál es el marcador de riesgo genético en una población multicultural.
Tenga en cuenta en este Día Mundial de la Diabetes que, al participar en una evaluación temprana, posiblemente podamos lograr un impacto en la prevención de la enfermedad en el futuro. Obtenga más información en el sitio web del Día Mundial de la Diabetes.
i Mobasseri, Majid et al. “Prevalence and incidence of type 1 diabetes in the world: a systematic review and meta-analysis.” Health promotion perspectives vol. 10,2 98-115. 30 Mar. 2020, doi:10.34172/hpp.2020.18
ii 3 IDF Diabetes Atlas: Eighth Edition 2017. Date accessed: October 20, 2021. http://diabetesatlas.org/IDF_Diabetes_Atlas_8e_interactive_EN/
iii Usher-Smith, J. A., et al. “Factors Associated with the Presence of Diabetic Ketoacidosis at Diagnosis of Diabetes in Children and Young Adults: A Systematic Review.” BMJ, vol. 343, no. jul07 1, 2011, pp. d4092–d4092., https://doi.org/10.1136/bmj.d4092.
iv Hamman, Richard F., et al. “The Search for Diabetes in Youth Study: Rationale, Findings, and Future Directions.” Diabetes Care, vol. 37, no. 12, 2014, pp. 3336–3344., https://doi.org/10.2337/dc14-0574.